«Consciente de mi rara enfermedad»

EL ESPECTADOR
Vivir |3 Mar 2012 – 9:00 pm
Afecta a una de cada dos millones de personas
Por: Pablo Ramírez Uribe

El miércoles fue el Día Mundial de las Enfermedades Raras. El Síndrome Poliglandular Autoinmune Tipo 1 disminuye las funciones intestinales. Testimonio de un paciente que lleva 16 años luchando contra esta deficiencia.

Es algo raro de decir, pero creo que tan solo me volví completamente consciente de mi enfermedad en este último año.

Eso no quiere decir que la enfermedad se haya manifestado hace un año, pues desde que nací hace dieciséis años padezco de Síndrome Poliglandular Autoinmune Tipo 1, una enfermedad genética que le ocurre a una de cada dos millones de personas en el mundo y generalmente afecta el sistema endocrino y las funciones gastrointestinales.

Lo que sucede es que he madurado hasta un punto en el que entiendo las verdaderas implicaciones.

Debo reconocer que no siempre me molestaba cuando los doctores incrementaban el número de pastillas diarias que me tenía que tomar, unas 30 hasta hace dos meses. No siempre me molestaba ser hospitalizado hasta seis veces al año por razones que variaban, ya fuera una infección estomacal o niveles bajos de calcio. No siempre me molestaba cuando los tratamientos no funcionaban o cuando los doctores no entendían por qué mi cuerpo estaba actuando de la manera en que lo hacía.

Ahora sí estoy consciente. Consciente de cuando los doctores me administran potasio de forma intravenosa, causando una sensación similar a aquella de tener mi brazo encendido en llamas. Consciente de que es básicamente imposible que yo pueda viajar con mayor frecuencia a mi querida patria, Colombia, por mis problemas de salud.

Consciente de que, por el resto de mi vida, mi mala absorción y el colon alargado serán una maldición que me acompañará siempre que viaje. Consciente de la “bomba” médica pegada a mi estómago, que transmite una versión sintética de la “paratormona” que mi cuerpo necesita y mi tiroides no produce. Consciente de que mi cuerpo no produce adrenalina y no puede reaccionar a ningún tipo de estrés emocional o físico bajo el cual me encuentre. Consciente de que, no importa cuánto me haya mentido estos últimos 16 años, no he vivido —y nunca viviré— una vida normal.

Pero también estoy consciente de la suerte que tengo de haber sido diagnosticado con SPA Tipo 1 a una edad bastante temprana. También estoy consciente de que mis padres me pudieron traer a Estados Unidos. También estoy consciente de que, aunque no debería haber vivido más de tres años, estoy bien vivito ahora. Consciente de que mi suerte no la tienen miles de personas como yo en Colombia.

Ahora que estoy consciente, quiero que otros también se concienticen sobre las enfermedades raras. En el mundo, una de cada diez personas sufre de una enfermedad rara. Muchas de estas enfermedades no tienen tratamiento y muchos pacientes son diagnosticados incorrectamente o no tienen forma de tratar su condición.

Los invito a todos, dado que el pasado 29 de febrero fue el Día Mundial de las Enfermedades Raras, a que visiten la página de Fecoer:

www.fecoer.org o a www.rarediseaseday.com, para aprender más y, tal vez, donar dinero para investigaciones. Acompáñennos y seamos todos conscientes de esta fecha.
Pablo Ramírez Uribe | Elespectador.com

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